Lo real fue que se cerraron los ojos mientras se abrían las nubes, que se escuchaba el silencio mientras lloraba lo incierto. Y se apagó el consuelo. Nos apegamos al amor y nos despedimos del miedo. Una vez más, porque si seguimos, aparecerá de nuevo.
El último día que me topé con aquellos ojos azules llorosos en el metro, me prometí a mí misma que sería la última vez. ¿Qué le podría haber pasado a aquella chica? Cualquier cosa,no quería hacer cábalas. Aquella mirada acongojada, con el pensamiento revolucionario, revolucionado y a mil revoluciones, lágrimas por las mejillas ojos brillantes, y sollozos. Probablemente era eso. Un sinsentido.
Lo real es que una vez más había caído y mi corazón aún no estaba dispuesto a aceptar aquellas lágrimas ajenas. Lo real es que aquella mirada, fuera por lo que fuera, lloraba. Y no parecía de emoción. Eso era lo real. Lo real era que me dirigía a casa tranquila y que me tenía que cruzar con ella por algo (o no) .
¡Maldita sea! Pensé para mí. ¿Qué es lo que nos puede provocar un sollozo de esa manera? Si supiera pararlo iría ahora mismo hacia ella y le diría: para, estoy aquí. Nada es tan importante como crees, nada vale tanto la pena. Aunque sé que a veces eso cuesta verlo. La abrazaría.
Quedó en un cruce ,simplemente, y a mí me creó todo un mundo por dentro, que probablemente no fuera real. Yo, volví a coger mi mochila después de pagar el billete de metro y me dirigí a casa.
Me acordé del día en que nos habíamos despedido con Pablo , porque llevaba la misma mochila . Te quiero , pensé. Personas así es muy bueno mantenerlas en mi vida. Tengo ganas de explicarte un montón de cosas que me están pasando estos días. Además hace días que no hablamos y en nosotros es extraño. En cuanto llegue a casa lo haré.
Eso era lo real.
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