domingo, 27 de marzo de 2016

"Segundo tramo"



SEMANA SANTA -2016 . CAMINO DE SANTIAGO (Burgos- León) II Parte.

La extensión del campo castellano es comparable a la profundidad de los pensamientos que en él se pueden sumergir. Machado, no sabes cuánto habré pensado en ti durante estos días y qué ganicas tengo de releerme “Campos de Castilla”. En ese espectacular mar verde, extenso, inmenso, sin final se desarrollan solitariamente miles de pensamientos… ¡Menos mal que era Semana Santa!

Un mar verde  ,que probablemente no he sabido alcanzar del todo, con el que no he sabido conectar del todo, o que no me ha sabido abastecer del todo. Una monotonía inmensa, extensa, amplia,que a ratos, me ha podido y ha hecho que me concentrara en los sonidos de mis botas contra el suelo, en mi respiración, en el roce de los brazos en mi chaqueta, en simplemente…un silencio tan cándido ,que da miedo..

Antes de salir de Burgos, una señora ,muy bien peinada, como suele ser en toda ciudad castellana con la que tuve un encuentro en un bar , me determinó las palabras exactas con las que calificar las pintura de un tal “Zaneti”, totalmente desconocido para mí.  
A modo de anécdota e interrumpiendo lo que me dijo, explicaré que cuando sales de Barcelona y te adentras en la península, los "pelos" de las señoras mayores de 60 años se colocan milimetradamente en un lugar casi perfecto rodeando la cabeza. Es algo increíble, porque además no sé si es el “crepado” o la laca, pero difícilmente se les mueve. Es un peinado pulcro, entero, castizo, un peinado singular que marca la diferencia, porque aunque haga cierzo, ese pelo…ese pelo se moverá en masa y volverá al lugar que le correspondía.


Me estaba tomando un vermú en un bar de Burgos. Estaba lleno de gente , porque todo el mundo venía de las procesiones. Ahí estaba yo con mis botas, mi chaqueta , mi cinta en el pelo y mi confusión, bebiéndome un Rivera y tomándome unas gambitas. Sin darme cuenta, empecé a hablar con un matrimonio mayor. La señora, muy bien peinada ,como he dicho antes, me recomendó visitar unas pinturas que había en el arco que da a la plaza mayor , y también me explicó que esas pinturas no eran “agresivas” como algunos se habían atrevido a catalogar ( le noté cierto tono de indignada). Esos cuadros mostraban la dureza del campo castellano, que es algo muy diferente a agresivo, me insistió ella.  Más tarde he comprobado en mis propios pasos, que el campo castellano va fuertemente arraigado a la historia  y también al trabajo del mismo, a la dureza que esto representa, a su propio paisaje, a su monotonía, a su extensión y a su inmensidad…

Al día siguiente empecé a caminar. La salida de Burgos se hizo larga, como abandonar cualquier pueblo. Como abandonar , al fin y al cabo. Esta sensación la había tenido cuando hice la parte de la Rioja. Abandonar, siempre cuesta y es una sensación que se alarga . Es lo que tiene el Camino de Santiago, es la constante metáfora de la vida ,determinada en el tiempo que uno mismo se delimite. 
Empezamos a seguir flechas y así hicimos los 30 primeros km. Monótonos. Reconozco que mi ánimo no animaba al paisaje, pero este tampoco hacía nada por mi ánimo.
Páramos, escasos repechos, llanuras, planos…Todo verde, un mar verde inmenso durante 4 días, variando con tierras labradas de tono marrón anaranjado, que permiten un poco de juego cromático. 
Concentrada en el suelo, en las piedras, en mi ritmo, en no parar, porque si paro bajo la intensidad y cuesta volverla a subir. Silencio. 
Qué reflejo tan maravilloso de la vida en cuantísimos aspectos. Pero monótono. Castilla es tierra de reflexión, dura, porque nos cuesta hacer ese ejercicio. El de estar con uno mismo, el de quererse, el de repensarse. Es  tierra de concentración, es tierra de buscar la calma . Es toda una prueba.

Los primeros treinta Km los hicimos solas. Y a partir de la primera parada empezamos a descubrir hstorias. Eso es lo más bonito :el encuentro y el desencuentro…Las historias, que nos hacen y que nos deshacen , que se cruzan, que se entrelazan , que se conectan. Es curioso porque aparentemente estos encuentros y desencuentros vienen marcados por las personas , por estos cruces que digo...y no es así. Vienen marcados por uno mismo. 
Del primer albergue me llevé un corazón y una historia de amor. También me llevé el compañerismo gratuito de aquel , que sin saber quién eres no te juzga y te da. Sin más. Qué ejercicio más bueno. Me gustaría mucho que fuéramos capaces de no juzgarnos entre quiénes nos conocemos ,porque curiosamente no suele ser así. Y eso, muchas veces no nos permite avanzar. También me llevé las palabras de Sandra " un pequeño repechón y luego todo páramo". 
Al día siguiente por la mañana perdí el móvil. Se me cayó. Cosas del camino. Cuando empecé a recorrer el camino hacia atrás y a poner a mi compañera probablemente nerviosa por no encontrarlo, al fondo, aparecieron dos sombras masculinas. Una mano levantada con mi móvil. 
Estas dos sombras han sido durante tres días , entre otras cosas un buen motor de ritmo para seguir caminando. Nos complementamos en ritmos. Eso anima a caminar y lo único que lo diferencia del que camina en solitario es que  lo  acompañas también con sus pensamientos. Buen ejercicio, seguramente. 

En las paradas , te vuelves a encontrar con los que ya has visto, con los que te han pasado, con los que esperas, con los que te esperan, con los que se sorprenden, con los que enamoran y se enamoran al paso. Eso, al corazón le da alegría. Como compartir el cenar, un juego, una risa, una mirada, una conversación buena, una que no lo es...Como en la cotidianidad, pero fuera de esta...¡Buah! ¡Qué gran placer!

Nunca había pasado por la provincia de Palencia. 

Tengo imágenes de llanos verdes , de caminos con fango y tengo imágenes de páramos con pocos árboles, todo raso. El tiempo permitía caminar. He pensado en Machado , en Béquer, y en tantos otros no tan conocidos que probablemente hayan conectado con esta tierra de algún modo.  He pensado en ellos, en sus pies, en sus ojos, en sus manos, en cómo  encontrarían ellos a esa tierra y  en lo que la tierra simplemente nos puede dar como seres , para completarnos , para repletarnos de pensamientos o para vaciarnos de todo esto. Para recordarnos que somos figuras sencillamente humanas. Tierra y cielo, camino.

(...continuará...)