sábado, 2 de enero de 2021

PASEOS POR UNA BARCELONA SEMI CONFINADA

 Desde siempre redescubrir la ciudad me ha gustado. Me gusta pasear y "repasear" por lugares , por los cuales he pasado hace mucho, o hace poco; por lugares con los que iba andando con "Cual" o con "Tal". Mirar las fachadas, ver si las han reformado o no, si les han pasado una "chapita de pintura" ; para que a la vista se perciba el supuesto "buen aspecto" de cualquier edificio.  Me acuerdo del olor , muchas veces, aunque en una ciudad sea difícil. Me gusta acordarme de qué había y qué no en un espacio. Si lo han modificado y luego reflexionar que si ha sido así, con qué pretensión lo han hecho. "El espacio" un vacío y un lleno a veces tan intenso en una ciudad. 

Me gusta volver a pasear estos días, aunque los miedos broten en mí. Parecen primeras veces. Soy consciente de que son simplemente "apariencias" ,porque esos caminos no son para nada primeras veces. Estos días, caminar se convierte en la superación del gran lastre que ha dejado el peso del asfalto durante el confinamiento. Caminar, observar, "redescubrir", "repasear", "recaminar". 

Coger la moto, como hemos hecho hoy y conocer una nueva entrada del Parc Güell por la que nunca había entrado. Una entrada por la que no me han dejado pasar , ya que no era ni vecina de la zona , y además no recordaba el carnet de la Biblioteca. ¡10 euros por una entrada al Parc Güell!. 10 euros por no ser ni vecina de la zona y por no llevar el número de carnet de la Biblioteca conmigo. ¿Cómo un lugar tan emblemático de Barcelona, tan apacible y amable , puede tener este precio para visitarlo? Aberrante . Un precio desorbitado para pasear, respirar en uno de esos mini pulmones que tiene Barcelona. 

No obstante, la contrapartida no me ha salido mal. Me he sorprendido  hoy con  caminos que rodean el Parc Güell. Caminos que podrían pertenecer al interior del parque, pero que supongo que se han ido creando por el transcurso de los vecinos o viandantes ,  que se aproximan al barrio de la Salut  y que no hayan entrado dentro (por su precio , entre otros motivos, obviamente) .  

Uno de esos me ha llevado al mirador de Joan Sales. 

El mirador Joan Sales te permite una mirada extensa y vasta del ensanche de Barcelona. Aún podíamos subir un poco más arriba, pero ya teníamos ganas de tomar un buen aperitivo y hemos vuelto hacia atrás. 

Para contemplar, siempre  es bueno ir con el alma llena , en todos los aspectos. (Jejeje) 


Diciembre 2020