Muchas
veces molestan los ruidos de fuera y echaría
a correr de una manera estrepitosa, salvaje, sin sentido y sin aliento. Lucharía como un animal contra
todo lo que hay en ese exterior que no me gusta, porque siento que es todo
eso lo que me molesta.
En ese
momento es cuando me pongo la mano en el pecho, porque me gusta notar mi ira
interior, ya que forma parte de mí. Cuando esa ira reposa en su cuna, no
se de que manera, en mi propio cuerpo se vislumbra un gran corazón, que me da
fuerza, que me hace sentir que soy mucho más que ira y que consigue que conecte
entonces , de una manera un tanto mística , con parte del exterior , que parece
que funciona del mismo modo que yo..
Y entonces
, recupero el motor.
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