Las pausas son buenas para el corazón, para el alma. Para salir de un lugar
donde quizá no estabas a gusto por ti, no por el mundo. El mundo tiene derecho a girar a su paso, es
el que es , y hay que aceptarlo. Y con aceptarlo, no quiero decir que haya que resignarse, sino que hay que aceptar y
entender para buscar el sitio adecuado para uno. Resituarse. Renovar para
retomar.
A veces mirar ese mismo lugar que era incómodo, desde fuera nos puede dar perspectiva para
saber volver a entrar en él, de otra
manera, diferente, con conciencia. Desde la paz y desde el amor. La calma
aclara el alma, la serena, la transgrede. Y es por eso que salir al vacío para
entrar en él de nuevo, es como una limpieza, una sensación de renovarse ,una
sensación de voluntad y comprensión de uno mismo. El habitarse de nuevo, sin
necesidad de nada, solamente la VIDA. La
pausa implica el sosiego, el RESPIRAR, que al fin y al cabo es lo que nos marca
que ESTAMOS.
No hay comentarios:
Publicar un comentario