LA MUJER VOLADORA
Pues una gran exploradora,
que solo quiere sobrevolar
de un lado a otro, sin parar.
¡Viva la mujer voladora!
Que ya sea desde el parque,
desde la oficina
o haciendo croquetas
en su cocina...
¡Proponle una aventura!
Que se tira, de cabeza,
¡A la piscina!
Se pone sus gafas,
y su uniforme de piloto...
¡Y a volar!
Que empiece, en el cielo,
el terremoto.
¡Su cabeza le va
como una locomotora!
(Por lo menos, a 300 km por hora)
Aunque probablemente no lo aparenta
porque sabe ser una "señora",
de esas que mantienen
la forma y la compostora.
(¡Jajjajaja! Sería "compostura",
pero me ha dado la locura)
¡Viva la mujer voladora!
Que vuela, vuela tan arriba…
¡Que se le va la bola!
Y vuela, vuela tan alto,
que más de una vez
se da con los dientes en un canto.
¡Viva la mujer voladora!
¡No pasa nada!- se dice a ella misma
porque visitará de nuevo
a su “amigo” el dentista.
Y tendrá dientes nuevos
para ser una artista
y sonreír, hacer piruetas,
acrobacias y peripecias varias…
¡Pero cuidado!
Que si se vuelve a despistar
y no se da cuenta,
de nuevo se ve patas arriba
y con la boca abierta…
Y sus grandes expectativas,
¡Se habrán ido a la deriva!
Y sus pretensiones,
más bien grandes…
Pues eso…
Desaparecerán entre los Andes.
Porque la realidad
es ficción o sueño
y hay que ponerle mucho empeño
para que sea verdad.
(Pero se puede. Yes, you can!)
¡Viva la mujer voladora!
Y es que uno
la ve desde abajo,
y piensa que se irá al carajo,
porque es que pilota sin control,
hace”eses” en el cielo
(Un día, ya verás tú,
la vendrá a buscar la INTERPOL)
y sobrevuela (a la vez)
el Ebro, el Miño y El Tajo.
Pero no sabes cómo,
y en un momento coge el rumbo
y en ese caos que ella vive,
es la reina del mundo.
¡Viva la mujer voladora!
Nunca sabes
dónde va a despegar,
ni cuál es su fiesta en el aire
ni cuál es su pista
para aterrizar.
(Os voy a contar un secreto:
La mujer voladora,
con todo su encanto
y su carisma,
Podría ser mi prima,
mi amiga e incluso yo misma)
Ana 23 de mayo de 2023
Me adhiero a es mujer voladora. Y si eres tú, con más motivo...
ResponderEliminarUn abrazo y no te olvides el paracaídas...
Antes, se me olvidaba muchas veces, pero parece que con los años , algo hemos aprendido y siempre va conmigo. Un abrazo fuerte, Luis
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