Calcar las manos en el cielo
para abrazarte,
mientras cada pedazo de mi piel
recorre la ausencia
y añora la presencia.
Repaso los días entre miedo,
agradecimiento y entusiasmo.
Y siento la luz en el pecho,
a veces obstruida,
y a veces, reconstruida y libre.
Pierdo ratos en la hilaridad.
Bien, los gano.
Me gusta esbozar siluetas de palabras,
y aunque todo quede
como un desnudo en el aire,
la construcción bajo la tinta del papel,
me propicia la libertad necesaria
para salvarme o para instarme en el vacío.
Ana 2-3-23
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